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agua del grifo sabe mal

¿Por qué el agua del grifo sabe mal?

En este artículo hablamos:

Uno de los mitos más grandes en torno al agua del grifo es que “si sabe mal es de mala calidad“, pero ¿a qué se debe el mal sabor del agua exactamente?

Cloro

De acuerdo con la UE y la OMS, en Europa occidental, el 99% del agua pública de red es potable. El mal sabor del agua del grifo suele estar relacionada con el cloro que se añade para su apto consumo.

El cloro se ha utilizado durante cientos de años para mantener el agua segura para beber. Mata microorganismos como bacterias, gérmenes y protozoos. El objetivo es mantener el cloro a un nivel suficiente para poder combatir estos microorganismos durante toda la cadena de distribución. Esto es importante, ya que aunque el agua potable sale limpia de las plantas de potabilización, en el camino se podrían incorporar microorganismos.

Después de 100 años de investigación se ha demostrado que el cloro es, por lo general, seguro. La fuente más citada es la Guía para la Calidad del Agua Potable de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En esta guía se destaca que, si bien puede haber ciertos riesgos, el valor del cloro como agente desinfectante es incuestionable.

La cantidad de cloro libre en el agua de grifo recomendada por la OMS, la CDC y la UE es de 0,2 a 0,5 mg/l. La mayoría de las personas comienzan a sentir el sabor del cloro a partir de los 0,2 mg/L.

Si bien no existe evidencia de que el cloro sea malo para la salud, es uno de los principales causantes del mal sabor del agua de grifo. La buena noticia es que se puede eliminar en un 95% o más con un filtro de agua de carbón activado como EcoPro, EcoPro Compact, PitcherPro o BottlePro.

Metales pesados

Los metales pesados presentes en el agua del grifo provienen, principalmente, de tuberías antiguas y aguas residuales industriales. La acumulación de estos metales puede provocar problemas de salud. Por eso, y a pesar de que son poco frecuentes en Europa, se acostumbran a enumerar entre los principales contaminantes del agua del grifo.

Los metales pesados más frecuentes en el agua del grifo son el cobre, el hierro y el plomo, así como también el mercurio, el níquel y el zinc. El hierro, el cobalto y el zinc se consideran minerales esenciales, pero las concentraciones que se encuentran en el agua corriente no son lo suficientemente importantes como para tener valor nutricional.

Además de los problemas de salud que pueden ocasionar, los metales pesados son uno de los principales causantes del mal sabor en el agua del grifo. Por suerte, al igual que sucede con el cloro, los metales pesados se pueden filtrar.

Nuestro filtro EcoPro se ha analizado para reducir la presencia de metales pesados como el cadmio, el plomo, el mercurio, el níquel y el manganeso en un 90 % o más. También reduce la concentración de otros minerales saludables como el hierro y el zinc. Por desgracia, la tecnología del filtro no distingue los minerales saludables de los que metales pesados nocivos para la salud.

Rastros de algas

La última causa del mal sabor del agua del grifo son los rastros de algas. Si bien esto es menos frecuente que el cloro y los metales pesados, puede ocurrir (sobre todo a mediados de verano o principios de otoño cuando las fuentes de agua del lago están contaminadas).

Más información sobre qué filtran nuestros filtros aquí.

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