¿Qué son los microplásticos?
Los microplásticos son fragmentos diminutos de plástico, con un tamaño inferior a 5 milímetros, que se han convertido en una preocupación ambiental y sanitaria a nivel global.
Estas partículas están presentes en ecosistemas terrestres y acuáticos, y también han sido detectadas en el aire que respiramos y en alimentos de consumo habitual. Su origen puede ser directo o derivado de la degradación de residuos plásticos mayores.
Debido a su pequeño tamaño, son difíciles de filtrar y eliminar, lo que contribuye a su acumulación en el medio ambiente y en la cadena alimentaria.
Tipos de microplásticos: clasificación primaria y secundaria
Aunque todos los microplásticos comparten un tamaño diminuto, no todos tienen el mismo origen ni función. Para entender mejor cómo se generan y cómo podemos evitarlos, es fundamental distinguir entre los dos grandes tipos: los microplásticos primarios y los secundarios.
Esta clasificación es ampliamente reconocida por organismos como la Agencia Danesa de Protección Ambiental y la OMS.
Microplásticos primarios
Estos microplásticos son diseñados intencionadamente con un tamaño menor a 5 mm. Se encuentran en productos de uso cotidiano como exfoliantes faciales, dentífricos, geles de ducha y productos de limpieza industrial.
Además, las microfibras que se desprenden del lavado de ropa sintética también entran en esta categoría. Estas partículas, al ser tan pequeñas, eluden los sistemas de filtración convencionales de las plantas de tratamiento de agua, terminando muchas veces en ríos, mares y finalmente en el agua potable.
Microplásticos secundarios
Se generan por la fragmentación de objetos plásticos más grandes como bolsas, botellas, envases o redes de pesca. Este proceso ocurre de manera natural debido a la exposición prolongada al sol, al viento, al agua y al desgaste mecánico.
La descomposición puede tardar años o incluso décadas, y durante ese tiempo los residuos plásticos se rompen progresivamente hasta convertirse en partículas microscópicas que se dispersan fácilmente.
¿De dónde provienen los microplásticos?
Los microplásticos pueden tener múltiples orígenes. Algunos provienen directamente de productos diseñados para liberar estas partículas, mientras que otros se generan de forma secundaria por el uso, desgaste o abandono de materiales plásticos. A continuación, te mostramos las principales fuentes identificadas por organismos científicos y ambientales.
Desgaste de neumáticos y pinturas viales
Cada vez que un vehículo circula, los neumáticos se desgastan y liberan pequeñas partículas plásticas que quedan suspendidas en el aire o son arrastradas por la lluvia hacia alcantarillas y cursos de agua. De forma similar, las pinturas utilizadas en las carreteras también pueden desprender fragmentos que acaban en el medio ambiente.
Microfibras de textiles sintéticos
La ropa hecha de materiales como poliéster, nylon o acrílico libera microfibras durante el lavado. Estas fibras pasan a través de los filtros de las lavadoras y llegan al sistema de aguas residuales, donde no siempre son retenidas, contribuyendo a la contaminación del agua.
Cosméticos y productos de higiene personal
Aunque muchos países han restringido su uso, todavía existen productos que contienen microperlas plásticas como parte de su fórmula. Estos pequeños gránulos son especialmente comunes en productos exfoliantes y pastas dentales, y su tamaño microscópico los hace difíciles de eliminar una vez llegan a los sistemas de saneamiento.
Degradación ambiental de plásticos mayores
Residuos plásticos que no se gestionan correctamente, como envases o bolsas abandonadas, se degradan con el tiempo por acción de los elementos. Esta degradación es una de las fuentes más comunes de microplásticos secundarios, especialmente en ambientes costeros y marinos.
Impacto de los microplásticos en el medio ambiente y la salud
Los microplásticos tienen efectos duraderos sobre los ecosistemas. En el medio ambiente acuático, pueden ser ingeridos por peces, moluscos y otros animales, provocando daños físicos e incluso la muerte.
Estos contaminantes también actúan como vectores de sustancias tóxicas, que se adhieren a su superficie y se introducen en la cadena trófica.
En cuanto a la salud humana, estudios recientes han detectado microplásticos en sangre, pulmones, leche materna e incluso en la placenta.
Aunque los efectos a largo plazo aún están en estudio, se sospecha que podrían alterar funciones endocrinas y causar inflamación crónica. Evitar su ingesta y exposición es hoy una prioridad para organismos como la OMS.
6 consejos para reducir tu huella de microplásticos
Reducir nuestra exposición a los microplásticos empieza con pequeños gestos cotidianos. A continuación, te damos seis recomendaciones prácticas y efectivas para minimizar el uso y consumo de plásticos invisibles en tu día a día, protegiendo tu salud y el planeta.
Filtra tu agua y evita el plástico de un solo uso
Utilizar filtros de agua como EcoPro de Tappwater permite eliminar microplásticos y otros contaminantes directamente desde el grifo. Es una solución práctica, sostenible y más económica que el agua embotellada, que además genera más residuos plásticos.
Revisa tus cosméticos y productos de higiene
Antes de comprar, revisa los ingredientes. Evita productos que contengan componentes como polyethylene, polypropylene o nylon. Busca alternativas naturales y con certificación ecológica.
Lava tu ropa sintética de forma consciente
Reduce la frecuencia de lavado, utiliza agua fría y ciclos suaves. Existen bolsas de lavado especiales que atrapan microfibras y evitan que lleguen al sistema de drenaje.
Prioriza el secado al aire
Las secadoras también pueden liberar microfibras al ambiente. Siempre que puedas, opta por secar la ropa al aire libre o en interiores bien ventilados.
Opta por la movilidad sostenible
Menos conducción implica menos desgaste de neumáticos y, por tanto, menos emisiones de microplásticos. Caminar, ir en bici o usar transporte público también son mejores opciones para tu salud y el planeta.
Reduce el consumo de pescado y mariscos
Estos animales, especialmente los filtradores, pueden acumular altos niveles de microplásticos en sus tejidos. Modera su consumo y elige productos certificados y procedentes de pesca responsable.
Conclusión: pequeños cambios, gran impacto
Los microplásticos están en todas partes, pero tenemos el poder de reducir nuestra exposición a ellos y su impacto ambiental. Incorporar hábitos sostenibles y soluciones como los filtros de agua de Tappwater es una forma eficaz y accesible de empezar. ¡Tu salud y el planeta te lo agradecerán!